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Los Divinos 
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de Andrés Calamaro
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Cuando un cántaro se rompe,
y no hay monedas en la fuente.
Cuando uno se despierta,
y ya no es indiferente.
Y no existen los destinos,
ni siquiera los divinos,
los metales,
sin principios ni finales.
La ciudad se queda sola
y me da bota.
Hoy es hoy, ayer fue hoy, ayer...
Cuando te quedas adentro,
mientras se el centro.
Siempre hay alguien acostado,
sin aire acondicionado.
Y no los relojes,
el verano esta caliente,
desafinan los pianos,
como todos los veranos.
La se sola,
y te da bota.
Hoy es hoy, ayer fue hoy, ayer...
Y no los destinos,
ni los divinos,
desafinan los metales,
sin ni finales.
La se queda sola,
y nadie, nadie, te da bota.
Hoy es hoy, fue hoy, ayer
y no hay monedas en la fuente.
Cuando uno se despierta,
y ya no es indiferente.
Y no existen los destinos,
ni siquiera los divinos,
los metales,
sin principios ni finales.
La ciudad se queda sola
y me da bota.
Hoy es hoy, ayer fue hoy, ayer...
Cuando te quedas adentro,
mientras se el centro.
Siempre hay alguien acostado,
sin aire acondicionado.
Y no los relojes,
el verano esta caliente,
desafinan los pianos,
como todos los veranos.
La se sola,
y te da bota.
Hoy es hoy, ayer fue hoy, ayer...
Y no los destinos,
ni los divinos,
desafinan los metales,
sin ni finales.
La se queda sola,
y nadie, nadie, te da bota.
Hoy es hoy, fue hoy, ayer
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